La sociedad establece una multiplicidad de relaciones complejas, estas producen y reproducen acciones que permiten la corrupción y sus diferentes prácticas o manifestaciones, como son el clientelismo y el soborno, lo que se ha denominado en Colombia como la “cultura del vivo”, dificultando transformar la sociedad, reducir la desigualdad social y garantizar y ejercer derechos.

La corrupción entendida como el “abuso de posiciones de poder o de confianza, para el beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar, entregar o recibir bienes o dinero en especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones, decisiones u omisiones” (Transparencia por Colombia, 2012) Citado en (Páez, 2014), puede ejercerse en dinámicas o relaciones formales e informales.

Las relaciones en las cuales está presente la corrupción y sus distintas manifestaciones se caracterizan por presentar dificultades en la definición y aplicación de principios y valores asociados al cuidado y defensa de lo público, generando desconfianza entre los actores y favoreciendo la ocurrencia de hechos de corrupción.

Los sujetos que conforman estas relaciones habitan diferentes espacios sociales. Un primer espacio de relaciones es el del Estado; el cual se manifiesta, por ejemplo, en la entrega, acceso o uso de servicios públicos (agua, salud, educación), infraestructura vial, entre otros, por parte del Estado para garantizar nuestros derechos. El segundo espacio de relaciones se da cuando conformamos nuestras familias, nuestros grupos de amigos, nuestro grupo de trabajo, o cuando nos interesa un tema y decidimos asociarnos para hacer algo por eso que nos inquieta. Y el tercer espacio, se da en el marco de las relaciones comerciales que construimos con el sector privado.

Entonces, la corrupción puede darse en alguno de los tres espacios de relación. Primero, en la relación Estado- servidor público que se define como el uso de la posición administrativa o de poder que tenga el servidor público para obtener beneficios económicos, acceder a cargos o contratos o beneficiar familiares o amigos.

El segundo, espacio de relación, se encuentra asociado a las prácticas que por parte de la sociedad civil se promueven o se motivan en los lazos sociales o denominado sistema de intercambio de favores y amistad llamado compadrazgo expuesto por la antropóloga Larissa Lomnitz (1994) Citado por (Huber), esta está expresada en las relaciones culturales y de clase social, asociadas a conductas de reciprocidad y de dependencia de estas prácticas:

“La interacción entre los participantes implica el intercambio de información, servicios laborales, transacciones de recursos materiales, apoyo en situaciones de crisis, ayuda mutua y ejecución de poder; siendo el objetivo… actuar por medio de un círculo de conocidos ... en el cual el actor, más que respetar las normas, las utiliza" (Streck, 1987: 149) Citado por (Huber)

Finalmente y como tercer espacio de relaciones, encontramos la corrupción en el sector privado. Un claro ejemplo es el soborno entregado por empresas a servidores públicos para ganar un contrato o evitar una sanción por incumplimiento, también se presentan casos en los que empresas del sector privado se ponen de acuerdo para vender a mayor precio y de esta manera obtener mayores ganancias, a costa del consumidor final.

Pero además estos tres espacios se relacionan constantemente, facilitando y muchas veces justificando prácticas corruptas, generando un entramado de relaciones que afecta el cumplimiento de políticas o programas públicos y la prestación de servicios públicos básicos como son la salud y la educación, aumentando la desigualdad y las brechas sociales, y afectando principalmente la garantía y ejercicio de derechos.

De allí que, la responsabilidad se encuentra en las decisiones que tomamos como sujetos, como ciudadanos en la construcción de una sociedad. Resaltamos la importancia de la participación en tanto tenemos el interés de cuidar lo que es de todos y todas, el ejercicio de hacer control social nos invita a ser conscientes de cada una de nuestras relaciones y nos motiva a ejercer y defender nuestros derechos como ciudadanos.